sábado, 31 de diciembre de 2011

Feliz fin de año.


Con esta imagen del último atardecer en Benidorm quiero desearos a todos un muy feliz fin de año y que el 2012 nos traiga muchos teravatios de radiación solar para seguir disfrutando de la cocción con el Sol.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Puré solar de Hinojos.

Puré de hinojos en cocina solar parabólica. 

Fibra y vitaminas y una bendición para los riñones, eso son los hinojos, esos bulbos blancos que huelen a..hinojos. Y si nos apetece intercalar una comida saludable y regeneradora en estos días de copiosos platos saturados de grasa, proteína animal y azúcar, nada mejor que un puré de estas joyas de la Naturaleza. 

INGREDIENTES PARA 10-12 PLATOS:
-3 hinojos grandes y frescos.
-1 puerro.
-5 patatas medianas blancas.
-1 - 1,5  litros de agua.
-1 cucharada de sal gorda marina.
-1 vasito de aceite de oliva virgen extra. 

Utensilios: Olla de hierro colado negra.  Cocina solar parabólica. Cuchillo afilado de cocina. Batidora de mano potente.

Tiempo de preparación: 15 minutos para lavar y cortar la verdura y 90 minutos para la cocción al Sol.
Dificultad: baja.  Coste: 5 euros.  50 céntimos por plato.


So lavan bien todos los ingredientes con agua templada, que quita mejor la tierra del puerro. Pelamos las patatas y troceamos todo en trocitos de bocado. Añadimos el agua y la sal (el aceite se echa después de cocinar y antes de batirlo todo fino fino).

Colocamos la olla en la cocina solar y ajustamos cada 20 minutos la posición para seguir al Sol. 


Con el cielo despejado le lleva unos 30 minutos romper a hervir. Luego lo dejamos otros 60 minutos, para que las fibras de los hinojos estén bien blandas. 

Retiramos del fuego solar, añadimos el vasito de aceite de oliva virgen y lo batimos todo durante 5 minutos con una batidora eléctrica. Ajustamos sal.  

Y así nos queda un buen plato de salud pura y además ecológico. Ideal para reponerse de las comilonas de Navidad.  ¡Feliz año! 



sábado, 24 de diciembre de 2011

Feliz Navidad


Es Nochebuena y mi cocina solar se ha vestido de luces de Navidad. Os dejo estas imágenes mágicas, para que soñéis con un mundo más sostenible en el 2012. En 18 meses de actividad hemos recibido 20.000 visitas. Felices fiestas a todos y mil gracias por seguir este blog en el que los fotones solares se convierten en recetas sin emisiones de GEI. 


domingo, 18 de diciembre de 2011

Pavo solar de Navidad

Pava de Navidad rellena de frutos y beicon en cocina solar parabólica.

Aunque ayer me enteré por un reportaje en la 2 de TVE, de que en el país de origen de la Navidad, Dinamarca(?), se sirve cerdo asado para celebrar el solsticio de invierno y el nacimiento de Cristo, esta semana le encargué a mi carnicero del barrio una pava de 4 kilogramos para hornearla en una de mis cocina solares parabólicas de 140 cm de diámetro, cosa que, calculo ahora (son las 10:24 horas de la mañana) me llevará unas 3 horas con el cielo que tengo hoy, ligeramente velado con cirros por franjas, aunque parece que va a ir despejando, lo que reducirá algo el tiempo de cocción.   

LA NAVIDAD

Ayer reflexioné un poco sobre el sentido de la Navidad, y, aunque la seducción mediática americana (USA) nos insiste en que lo más importante es creer en la magia en Navidad, yo estoy convencido de que el origen de esta fiesta está ligado a nuestra relación milenaria con el astro rey, el Sol, y lo que celebramos en realidad es la VIDA.  

Dado que somos una especie indomable y que no se rinde jamás, justo cuando el cosmos local nos rodea de  la máxima oscuridad, en el solsticio de invierno, cuando las noches son más largas y el Sol parece no salir ya nunca más (recordad que estamos en Groenlandia) es cuando levantamos el ánimo y nos rebelamos contra un posible final, encendiendo luces y sacrificando algunos animales que hemos cuidado para que su sabor deleite nuestros paladares y nos recuerde que no estamos acabados, que habrá una nueva primavera.  Es decir, celebrar la Navidad es como haber tocado fondo y tomar la decisión de salir del agujero negro en el que estamos. 

LA NAVIDAD ES UNA ESPECIE DE ANTIDEPRESIVO ANCESTRAL; un remedio del espíritu que no acepta que no hay calor ni color en su vida.  Celebrar que estamos en el punto más bajo del año es muy típico de los humanos. 

Lo que es curioso es que tal celebración de la luz solar se haya extendido por todo el planeta, o casi todo, incluso allí, o aquí, en Benidorm, donde seguimos disfrutando de bastantes horas de luz solar al día. Por eso voy a aprovechar su energía para acometer el reto de asar un pavo de algo más de 4 kilos y sus ingredientes el relleno, sumando casi 5 kilos de masa fría para hornear: 



INGREDIENTES para 8 - 10  personas: 

Una pava (pavo hembra, no coliflor, como llaman a ese repollo en Murcia) de 4 - 4,5kg.
6 lonchas de beicon (bacon) troceadas.
150 gramos de ciruelas pasas sin hueso.
100 gramos de orejones.
100 gramos de almendras peladas crudas. 
2 manzanas dulces, sin piel, troceadas.
1 vaso de aceite de oliva virgen extra ó 150 gramos de mantequilla de vaca.
O, si lo prefieres, 150 gramos de manteca de cerdo.
Una ramita de romero del monte.
Una ramita de tomillo del monte. 
Una cabeza de ajo pelada sin desmontar. 
Un puñadito de sal gorda.
1 vasito de jerez. 


Utensilios: olla negra de 10 -12 litros, cocina solar parabólica 140cm.

El pavo tiene una carne que tiende a secarse y en sí no es muy sabrosa, de modo que el relleno y la grasa sirven para que contemos con 'suavizantes' y salsa.

PASOS.

Primero troceamos el beicon y las manzanas y lo mezclamos todo con los frutos pasos y las almendras. Añadimos la grasa que hayamos elegido, si es manteca de cerdo o  mantequilla, podemos restregarla por todo el pavo tanto por fuera como por dentro. Es importante revisar antes el pavo en busca de plumillas y palos de plumas que queden en la piel y sacarlos. 


Si usamos el aceite de oliva, mezclamos la mitad del mismo con los ingredientes y lo metemos todo en el pavo, que cerramos, además, con un cordel natural o con una malla para carne, que vuestro carnicero os puede proporcionar. Basta con meter la malla hasta la mitad de cuerpo, cerrando el trasero.  



Este paso nos lleva media hora. Entonces metemos el pavo engrasado y relleno en una olla grande de hierro esmaltado o colado. El relleno que sobra lo echamos alrededor del pavo junto con la cabeza de ajo y las ramitas de romero y tomillo. Vertemos el aceite restante y salamos por fuera sin timideces y lo colocamos al Sol en nuestra cocina solar parabólica, con tapa. 


Este paso lo acabo de dar, son las 12:00 horas y el cielo está ya azul radiante. Calculo que en dos horas puede estar hecho, aunque le daré siempre una media hora más, para que se haga bien tierno, cosa nada fácil con un pavo, así que veremos.


Con la parabólica limpia y el cielo tipo 4 (ver entrada 'Cielos'), a los 30 segundos ya escucho cómo el aceite crepita en el fondo de la olla. ¡Esto promete!  Cómo podéis ver, no importa que estemos a 18 de diciembre, en estas latitudes (38ºN) el Sol entrega más que suficiente energía. 


Ajusto ángulos en la cocina para captar todo el Sol que pueda y que empiece el proceso de horneado, ya que la olla entrega calor en 2/3 de su superficie con las llamas solares abrazando el metal negro mate. 


Las llamas solares abrazando la olla, generando un efecto horno. 

Allí lo podemos dejar de momento 15 minutos sin prestarle atención, luego acudimos (gafas de Sol puestas)  y giramos 180 grados la olla. Al cabo de otros 15 minutos le damos la vuelta al propio pavo con mucho cuidado, utilizando para ello unos cucharones de madera o similar. También podemos usar un tenedor de carne y una pala, pinchando en un costado y volteando despacio, primero 90 grados y luego otra vez 90 grados, pinchando profundo en el pavo.  Para estar más cómodos podemos quitar la olla de la cocina solar y realizar esa operación en el suelo. 


El pavo al cabo de 2 horas. 


Y esto lo repetimos cada 15-20 minutos si el cielo está algo velado, o cada 10-15 minutos si el Sol está radiante, hasta que veamos que está bien doradito por ambos lados, al cabo de 120 - 180 minutos, dependiendo del Sol. Al cabo de 60 minutos añadimos un poco de agua, unos 50ml, para alargar la salsa y evitar quemaduras en la carne, pues en invierno los rayos solares se concentran bastante en el centro del fondo de la olla, aunque eso también depende del parabol, pues mis cocinas cada una tiene un perfil de llamas solares propio. Si nos agachamos lo podemos ver, y si hay puntos muy luminosos, podemos corregir un poco el ángulo del parabol para que desaparezcan. 

A las 14:45 horas decido sacarlo de la cocina solar y emplatar: 


Tiempo total de cocción: 2 horas 45 minutos. Cielo entre 3 y 4. Ahorro de energía 6kw/h. = 1,00 euro. 

Feliz 4º Domingo de adviento.


El pavo iba acompañado de puré de patatas y ensalada. En la mesa sólo éramos 6, yo vegetariano y los 5 restantes casi se lo acaban...mi cuñada, que menuda es, se llevó las sobras a casa ;-) así que un 10 para el cocinero y para las cocinas solares. 


sábado, 17 de diciembre de 2011

Castañas asadas en cocina solar


Después de algunos días de obstáculos atmosféricos entre mi cocina solar y el Sol que nos alumbra en el cielo, dador de toda vida y fuente de toda la energía que nos mueve y hace pensar en lo maravilloso y asombroso que es el Universo, hoy las nubes se han alejado por el Sur, flotando en forma de estratocúmulos grises a 3 kilómetros encima del mar, convirtiendo un día desapacible en una tarde de Sol radiante. En seguida aproveché para hervir un par de litros de agua para unas tisanas y se me ocurrió, a las 4 de la tarde, que podría intentar asar unas castañas en la sartén castañera de hierro agujereado que tengo a tal efecto, salvo que hasta ahora no se me había pasado por la cabeza usarla en la cocina solar.  

Eché pues unas 25 castañas, previamente rajadas con un cuchillo afilado de cerámica (esto evita que explosionen) a susodicha sartén, busqué una tapa de vidrio y las puse en la parabólica alsol 1.4, buscando que el haz de llamas solares incidiera en el centro de la sartén por abajo y parcialmente por arriba, ya que el fuego solar venido del espacio haría su trabajo tanto por un lado como por otro. 

Para ello tuve que forzar el ángulo del parabol hacia abajo, como se puede apreciar en la imagen abajo: véase la sombra en la pared que indica la altura del Sol. Estos detalles de uso son importantes si queremos aprovechar bien la energía solar con ángulos bajos. 


De modo que la referencia para saber si estamos vocalizando ese chorro de fotones y rayos infrarrojos al lugar correcto, debemos agacharnos y ver el fondo del cacharro. 


En 5 minutos la sartén había alcanzado 288 grados en algunos puntos donde se concentraban rayos de Sol. La foto no es muy buena porque yo estaba en el suelo, y ciego por la luz.  

Por otro lado el detalle de la hendidura en la parrilla de la cocina solar alsol está muy bien pensado para que podamos colocar sartenes bajas.


Así que me dediqué a dar vueltas a las castañas igual que hubiera hecho al fuego de gas, pues es para lo que este tipo de sartenes están pensadas. Y aquí bien poco importa que se nos chamusquen un poco las pieles, pues es señal de que ha llegado calor. 


Bailando entre sombras de la tarde. 

Con una atenta asistencia cada 2-3 minutos volteando el contenido (levanto la tapa cogiendo el pomo de acero con un paño de cocina o manopla, y con una sola mano, asiendo el mango de hierro, meneo la sartén o la sacudo haciendo que las castañas salten cambiando de sitio y lado. 


Así, al cabo de unos 25 minutos las castañas estaban perfectamente asadas, y ¿cómo no?, si lo único que piden es calor, y éste les llega de sobra incluso en diciembre y prácticamente al atardecer. 


lunes, 12 de diciembre de 2011

Ser sostenibles


A falta de recetas nuevas sin emisiones de GEI en mi cocina solar, que a su vez se debe a la falta de días soleados y un puente vacacional, me lanzo a renovar el estado de este blog solar con unas impresiones personales largamente meditadas sobre el concepto de SOSTENIBILIDAD, sin duda merecedor de un 90 en KLOUT o, si fuera mujer, completamente harta de que se abuse de ella, pues considero que la idea de lo sostenible no solo se ha tergiversado ampliamente hasta acomodarla a nuestra capacidad de asimilación de la realidad, sino que ha caído víctima del eco-marketing de este siglo, marketing capitalista disfrazado de nomo verde que se la está follando sin reparos, obligando a la maltrecha sostenibilidad a que dé a luz sin parar a coches sostenibles, edificios sostenibles, y sí, ciudades enteras sostenibles. La matriz de la sostenibilidad planetaria debe ser a a estas alturas como un globo inflado un millón de veces por las bocas de todos los que tienen algo que opinar sobre ella, así que yo no voy a ser menos, allá voy: 

Entender lo que es la sostenibilidad parece cosa sencilla, pero encierra algunas trampas para la mente fácil de ser seducida por un futuro mejor que el Presente, que siempre es peor que el pasado, cosas de la vida, sostenible o no. 

Aunque detrás de las posturas más radicales sobre sostenibilidad se parapetan aspiraciones neuróticas de inmortalidad, para la mayoría de la gente ser sostenibles no es más que tener una prórroga en la Tierra, por buen comportamiento, hasta que un nuevo dios nos permita ser otra vez insostenibles.  Todo esto hace que el concepto no cuaje en los foros académicos como se merece y se haya convertido en un ente borroso, en una nube (cloud) de datos en evolución. 

Una cosa que no deja lugar a muchas dudas es que nuestra sociedad no ha sido muy sostenible en los últimos 200 años, sino altamente dinámica y por tanto transformadora, de tal manera que dicha transformación, aplicada en principio sobre el entorno que nos sirve de sustento, se vuelve sobre el sujeto transformador y le obliga a transformarse a sí mismo si quiere seguir vivo. Es decir que lo insostenible es la base de la evolución, también de la nuestra y lo estamos haciendo de maravilla. 

Sin entrar a cuestionarnos en lo psicológico y social las causas de tanta ansiedad productora de formas efímeras de vida, de moda volátil, de un cambio permanente y cruel, sí que aparece la pregunta intrínsecamente ligada a nuestra naturaleza humana inquieta, ansiosa, inconformista, creadora y destructora sobre si realmente seremos capaces o necesitamos siquiera ser sostenibles, ni para nuestro propio bien ni para el del planeta, ya que éste último sabrá arreglárselas perfectamente sin la humanidad, una vez que nuestra luz se haya extinguido por completo en la Tierra y ese instante llegará, de eso tampoco me cabe duda. Y pienso así cada día más que la idea de la sostenibilidad oculta nuestros temores más profundos a la muerte, a la extinción. 

Así que me pregunto si lo sostenible es posible en un marco pisco-sociológico de la mente creadora-transformadora que nos caracteriza y que somos hasta la médula; me pregunto si tal paz planetaria -la existencia sostenible y armónica con todos los seres de la Tierra y con la misma Tierra como Ser inteligente que es- no debería ir precedida de una paz interior de la que no seremos capaces, simplemente porque no es nuestro estilo, porque ni siquiera lo necesitamos, pues aquí no hemos venido a durar, sino a brillar. Los dinosaurios duraron, pero nosotros somos mucho más dinámicos para siquiera durar una décima parte de su tiempo en la Tierra. 

Desde que el Hombre controlara el fuego hace 400 mil años, la cantidad de energía necesaria para sostener nuestras vidas individuales se ha multiplicado por mil. Y si la fusión nuclear se convirtiera en una opción comercial sostenible, esta cifra puede aumentar exponencialmente, ¿y por qué no?  El Universo entero es una cantidad infinita de energía. ¿Por qué vivir con lo estrictamente necesario si nuestro progreso en capacidad de comprensión del Universo, ligado a la cantidad de tecnología disponible, tecnología cara, inteligente y de calidad, exige energía sobrante para lanzar satélites y robots al espacio exterior, y no una sociedad agraria incapaz de despegar la vista del suelo? 

Si nuestra única y más cotizada meta en este momento histórico es hacernos sostenibles, es decir, durar milenios sin cambios significativos en la forma de construir sociedades y relacionarnos, ¿qué sentido tiene la exploración que hemos llevado a cabo durante los últimos siglos, tanto del entorno como de nosotros mismos, impulsados por la misma inquietud, la misma furia desatada que necesita mucha energía para cumplir sus metas y sueños?

Creo que simplemente nos somos conscientes de lo que significa en todas sus consecuencias ser sostenibles. No somos sostenibles y es muy difícil que lo seamos nunca, pero somos brillantes, audaces, atrevidos, cambiantes.  Nadie en su sano juicio sería capaz de vivir en una sociedad que solamente persigue la estática existencia de una huella ecológica imperceptible durante siglos. Tarde o temprano alguien intentaría hacer uso de una sobredosis de energía, así somos, para nuestro bien. 

Pero si algo nos ha llevado a esta reflexión sobre las consecuencias de nuestros actos y nos ha lanzado de cabeza a nuevos retos de adaptación y supervivencia es precisamente nuestra insostenibilidad, nuestra capacidad de dejar huella, de mirarla luego en profundidad y sacar conclusiones, convertir los errores en actos más precisos.  Y no amamos la vida más porque no nos atrevamos a tirarnos un pedo por miedo a contaminar el aire. Pero lo que debemos asimilar sin tapujos es que no somos eternos y nuestra curva existencial no engaña: estamos más al final de nuestro ciclo que al principio, eso sí haciendo mucho ruido y mucho humo y aprendiendo de ello a un ritmo vertiginoso. 

Para seguir progresando como seres espirituales hechos carne, el tiempo que nos quede en la Tierra necesitaremos cantidades ingentes de energía. Realmente necesitaremos exprimir la Tierra. Si para ello debemos remover el planeta por completo, lo haremos y luego trataremos de resolver las consecuencias de nuestros actos, porque así es como nos conocemos y aprendemos y ya hemos superado varios cambios climáticos, pues es en los cambios donde nos crecemos, adaptando nuestra vida, reorganizando nuestras sociedades y hábitos. El mundo es nuestro reflejo, un reflejo que necesitamos desesperadamente, aunque no nos guste. La clave en poder beneficiarse de lo bueno está en saber asimilar lo malo, pues somos monedas con dos caras. 


La vida se puede medir por muchos parámetros, pero sólo hay uno que cuenta a largo plazo: la cantidad de energía disponible. La energía disponible marca nuestro capacidad de creación. Pero crear lleva consigo generar residuos. Y eso significa dejar huella, de un modo u otro; significa transformación constante y también nacimiento, crecimiento y muerte. No podemos conocernos si no aceptamos la idea de nuestra propia muerte, de nuestro fin, aunque sea a causa de nuestros propios actos, ¿y de quién o qué sino?  

Lo sostenible entendido como existencia sin huella ni residuo es una falacia, un sueño de cobardes y ahora mismo sobre todo una diosa platónica convertida en furcia a manos del capitalismo salvaje. Y nadie tiene ni zorra idea de lo que realmente debemos hacer, exceptuando, tal vez, Greenpeace, ah, y Google.    

sábado, 3 de diciembre de 2011

Energía para todos en el 2012


El 2012 será el año internacional de la energía en la Tierra, eso ha declarado la Fundación de las Naciones Unidas (http://www.sustainableenergyforall.org/) creando una serie de eventos (enlace para participar al pie de esta entrada)  para el próximo año que deben concienciar a todos sobre la importancia del acceso universal a los recursos energéticos disponibles, mejor si son renovables, lo cual no deja de añadir una dificultad extra al proyecto, porque así tenemos dos retos en uno, transformar la vida de los pobres en algo menos pobre con una placa solar o un minigenerador eólico, o una cocina solar, por ejemplo, y, de paso, luchar contra el inevitable cambio climático que está que se sale, según declaraciones recientes del ministro alemán de medio ambiente Norbert Röttgen
(http://www.dw-world.de/dw/article/0,,15573158,00.html) quien insiste en que debemos tomar medidas drásticas ya o en algo más de un lustro el cambio del clima terrestre nos arrollará inexorablemente, lo que da la impresión de que a la humanidad le crecen los enanitos por doquier y estaremos muy pero que muy atareados en las próximas décadas...

Lo que es absolutamente cierto y la razón de que me quiera hacer eco del tema, es que la energía es imprescindible para la transformación de nuestra vida, disponer de ella en cantidad suficiente para desarrollarnos como personas sanas y formadas profesional, social y espiritualmente, pero también y sobre todo la calidad de esa energía.  En las Naciones Unidas lo saben y apuestan por modelos diversos de soluciones energéticas, haciendo hincapié en la microescala. 

Si el siglo XX ha sido un periodo de grandes proyectos energéticos, de la energía nuclear y en las últimas décadas de un cambio de paradigma hacia fuentes de energía más sostenibles, no tanto por el cambio del clima, eso llegó después, sino por el declive de los recursos fósiles, este siglo debe caracterizarse, sin duda, por proyectos de mediana y pequeña escala, pero multiplicados por las veces que haga falta abastecer a una pequeña comunidad de seres humanos con lo imprescindible para cubrir sus necesidades energéticas. Porque sólo el acceso a fuentes energéticas sostenibles hará que nuestra vida tenga futuro, un futuro marcado por los cambios. El cambio climático no es otra cosa que un dinamizador de nuestra capacidad de adaptación a nuevas condiciones ambientales y no es un accidente desafortunado en nuestra trayectoria sobre la Tierra. 

El reto que nos plantea la Fundación de la Naciones Unidas es combatir por tanto a la pobreza con este acceso universal a la energía. Es una idea muy bonita y muy certera. Y yo solo espero que se den cuenta de que las cocinas solares, que a mí me sirven desde hace 10 años para cocinar sin gastar un gramo de combustible ni emitir GEI (+ de 5000 horas cocinando con los rayos del Sol) son una herramienta de una eficiencia extraordinaria y de una sencillez asombrosa para tales propósitos.  De momento les hemos dado la sugerencia para incluir las cocinas solares en su programa de eventos y concienciación. 

La fecha límite que se han marcado desde la Fundación de las Naciones Unidas para que todo el mundo tenga acceso a la energía es el año 2030.  Calculo que para entonces deberían haberse entregado en el mundo entero una cifra de 100 millones de cocinas solares, pues si lanzamos cifras, allí quedan éstas.  Eso sería una cocina solar por cada 80 habitantes del planeta Tierra, suponiendo que seremos 8 mil millones de humanos pululando en la Tierra.  Eso quiere decir que de cada 25 familias en el planeta solamente una cocinaría con el Sol...  

Salta a la vista de que el trecho entre una buena idea y su realización es mucho más largo y complejo de lo que pueda parecer, pero está bien que nos dejemos llevar por el entusiasmo y que en el 2012 generemos la sensación de que este reto es posible.  Por nuestra parte y por la mía, sabemos que existen las herramientas para que los menos favorecidos hoy tengan ese deseado acceso a la energía de forma gratuita, porque lo bueno del Sol es que es gratis.  
Cocina solar parabólica alSol 1.4  


Si los que ya lo tenemos todo somos, además, capaces de ser un poco más conformistas  en lo material y rebajar nuestras aspiraciones, puede que nuestra economía se transforme en algo solidario, aunque para eso debe claudicar el capitalismo que hoy sigue campando a sus anchas jugando con los precios y las vidas de millones de personas como si fueran soldaditos de plomo. 

Si tú o tu empresa tenéis algún evento o idea para que el año 2012 sea verdaderamente un año de la energía para todos, podéis inscribir vuestro evento aquí: