Una cocina solar tiene dos grandes argumentos a su favor: 1. Al no utilizar ni gas ni electricidad, ahorra dinero cada vez que la usas. 2. Y no emite ni un gramo de Co2 a la atmósfera terrestre por combustión. Indirectamente y emplazada en el sitio adecuado, una cocina solar, además, ofrece al usuario los siguientes beneficios: 1. Bajo riesgo de quemaduras por no usar una fuente de calor agresiva como unas llamas de gas o una placa eléctrica. 2. Ausencia de humos o gases. 3. Evita la deforestación en zonas donde normalmente se recurre a la madera para cocinar, con el doble beneficio para las personas que, para acceder a esa fuente fósil de energía, muchas veces recorren varios kilómetros cada día. Y son muchos miles de seres humanos que no tienen otra cosa a mano para poder cocinar sus alimentos. Afortunadamente las cocinas solares llevan algunos años ya conquistando el mundo de los más humildes para liberarlos de las cargas que la pobreza les impone.
En este blog voy a tratar de ofrecer recetas interesantes, pero sobre todo trato de haceros ver que una cocina solar parabólica es una cocina versátil, potente y divertida. Algunas entradas del blog, como la que sigue, más que transmitir recetas elaboradísimas, tienen como fin principal demostrar la potencia y comodidad de la cocina solar. Y es que cocinar con el Sol te acerca a la bondad de la distancia que nos separa del astro rey, esos 150 millones de kilómetros que han convertido este planeta en lo que es, nuestro hogar cósmico.
Tengo actualmente en uso 3 paraboles de aluminio de 140 cm, 1 ksol14 y dos alsol 1.4. Son máquinas maravillosamente concebidas para resolver cualquier proceso de cocción y no nos exigen un cambio en nuestros hábitos culinarios. Son, simplemente, fuegos solares que sustituyen un fuego de gas o una placa eléctrica. Y, siendo ciencia básica, cuando las usas, no dejan de ser mágicas. Cocinar con los rayos del sol concentrados por un espejo. ¿Puede haber algo más simple?
Como con todo, hace falta acostumbrarse, cogerle el truquillo. Y, para demostrar que una buena cocina solar parabólica no se achica ante retos importantes, aquí va una receta con un pollo de campo de 3 kilos, asado con un cielo algo turbio por las brumas de costa en verano.
Pollo de campo en cocina solar.
El pollo ya nos lo venden limpio, pero de todos modos le damos un buen lavado bajo el grifo de la cocina y lo secamos. Nuestro pollo asado, al ser campero, tiene una carne que exige poco condimento, así que le añadimos unos ajos, media cebolla e trozos, aceite de oliva , sal y unas hierbas del jardín a nuestro gusto. Yo he usado orégano y tomillo. Sin pimienta, que hay niños en la mesa!
Para asarlo, sí, asarlo, vamos a utilizar la olla grande de 10 litros. Metemos el pollo dentro, que apenas cabe, y lo cubrimos con los demás ingredientes. Ni una gota de agua, tan sólo un buen chorro de aceite de oliva. La salsa que nos queda está para chuparse los dedos. Salamos el pollo generosamente pero sin pasarnos.
INGREDIENTES:
Para 6 personas.
1 Pollo campero de 3 kilos.
1 Cebolla blanca cortada en trozos medianos.
3-4 dientes de ajo partidos por la mitad.
Medio vaso de aceite de oliva virgen.
2 ramas de orégano o su equivalente en hojas secas.
1 rama de tomillo.
Sal.
Cacharro: Olla negra grande de 10 litros, hierro esmaltado.
Tiempo de cocción: 2 horas con cielo raso, 3 horas con cielo velado.
El cielo mixto tiene la ventaja de no producir puntos excesivamente calientes en la olla.
Había suficientes llamas solares abrazando la olla para convertirla en un perfecto horno.
Particularmente prefiero los cielos ligeramente velados, es como bajar tu cocina eléctrica del 6 al 4 y todo se hace de forma lenta y suave, sin quemaduras. Apenas tuve que asomarme 6 veces en 3 horas para girar la olla, darle la vuelta dos veces al pollo y reorientar la cocina. Es decir, que mi presencia ante el horno solar sumó 15 minutos en total.
Se orienta con el paralelaje de sombras en el suelo.
Para manipular el pollo cuando tocaba darle la vuelta dentro de la olla, orientaba a la cocina tal y como se puede apreciar en la imagen.
Así no nos deslumbramos con el Sol y podemos inspeccionar tranquilamente la comida. Volteamos el pollo dos veces en todo el proceso, para que se dore en ambos lados por la acción del fondo de la olla. También giramos la olla cada media hora y ajustamos la cocina ante el Sol.
Al cabo de casi 3 horas y sin apenas intervenir, este pollo estaba listo para ser emplatado.
Buen menú, buen menú, buen menú será...
Hay que decir que soy vegetariano y no pruebo la carne ni el pescado, lo que no me impide preparar los platos que mi familia me pide. Saludos.
Pues yo lo he intentado, y a los 40 minutos se me había quemado todo lo que tocaba el fondo y salía un humo repugnante. He intentado comer un poco, pero al final he tenido que tirarlo, porque se había impregnado todo del olor a quemado. El aceite se ha quedado negro... Y encima era un pollo ecológico, snif, snif...
ResponderEliminarTal vez tu olla es de un material muy fino, o no has puesto suficiente aceite de oliva. También debes girar la olla 180 grados y/o voltear el pollo cada 15 minutos. En un asador de gas tampoco se queda un solo lado expuesto a la fuente de calor. Ayuda poner uno o dos tomates partido en la olla al lado del pollo. Pero lo mejor es usar una olla de hierro colado, es casi imposible quemar algo con estas ollas, máxime cuando el Sol va girando y al cabo de una hora ya no incide en la cocina solar. saludos.
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